Junto con la proximidad de la primavera, vale la pena recordar que en este período, en el que nuestros caballos comienzan a ser más demandados y su belleza luce como nunca, hay que agendar una inspección médica. El objetivo es doble: ponernos al día con sus vacunas y practicarles el chequeo de rutina.
De acuerdo a las recomendaciones que entrega la AQHA, algunas de las vacunas imprescindibles en esta temporada del año son las que se aplican contra la influenza, la artritis, la rabia, el tétano y la encefalomielitis, (enfermedad del sueño), entre otras, Todas las que deben ser coordinadas a través del médico veterinario.
Esta es también la estación indicada para practicarles los denominados “exámenes de bienestar”.
Según estudios de la AQHA, es ideal que los animales sean sometidos a este tipo de chequeo preventivo dos veces en el año. El examen de bienestar toma poco más de 20 minutos y en ese tiempo se puede tener una visión acabada de la salud del caballo.
El chequeo se inicia con la toma de temperatura y luego se evalúan sus pulmones y corazón. A estos procedimientos se suman luego chequeos externos que consideran la condición general del cuerpo del animal: ojos, orejas, piel, el perineo (área alrededor del ano los animales y el comienzo de la cola) y los dientes.
Las membranas mucosas del ejemplar y los rellenos capilares son otro punto al que el veterinario presta atención, ya que permiten evaluar el sistema circulatorio. Con este procedimiento es posible detectar problemas de parásitos internos, bajas en los glóbulos rojos o enfermedades al hígado, todas afecciones que tienen dentro de sus síntomas las mucosas pálidas o amarillentas.
La inspección dental, también está dentro de esta rutina médica, con ella entre otras afecciones, es posible detectar o anticipar si nuestro cuarto de milla está triturando mal los alimentos.
Una vez realizado este recorrido, el veterinario inicia un examen más profundo: con sus manos recorre todo el cuerpo del animal, con lo que puede verificar que no existan inflamaciones, nudos, anormalidades en los nódulos linfáticos, lesiones en la piel y evidencia de parásitos externos, entre otras afecciones.
(Fuente AQHA)